Como respuesta al FOMO (Fear Of Missing Out), cobra fuerza el JOMO (Joy of Missing Out), que propone reducir el tiempo de conexión y llevar un ritmo de vida más tranquilo

El término FOMO (por las siglas en inglés de Fear of Missing Out o Miedo a perderse algo) se refiere a la ansiedad que genera el temor a quedar excluido de un evento social u otra experiencia gratificante que tienen otras personas en el ámbito ‘on line’, lo que la impulsa a estar continuamente conectada a internet para participar de manera activa en las redes sociales.

Y como respuesta al FOMO, ha surgido el llamado JOMO (Joy of Missing Out o Alegría a perderse algo), que involucra a aquellos que se deleitan desconectándose de la actividad en las redes sociales y prefieren atender sus propias necesidades vitales en el mundo real en vez de estar pendientes de las vidas ajenas en el mundo virtual.

Quienes experimentan el FOMO no pueden mantenerse alejados de la vida en línea), mientras que los seguidores del JOMO hacen todo lo posible para apartarse de la vida off line, señalan los especialistas.

Los segundos son “jóvenes que han abandonado permanentemente las redes sociales en busca de un estilo de vida más saludable, según el ‘Estudio Generación SPCial sobre hábitos de desconexión digital de los jóvenes”, de la firma SPC, en colaboración con la organización Pantallas Amigas (PA).

“En un mundo hiperconectado es crucial saber cuándo estar disponible y cómo desconectar”

– Jorge Flores. Fundador de Pantallas Amigas

Esta investigación se ha efectuado en España, donde los jóvenes pasan una media de 5 horas diarias conectados, pero sus resultados podrían extrapolarse en distintos grados a otros países y comunidades de habla hispana.

El estudio dice que el 12.7 por ciento de los jóvenes de entre 18 y 35 años ha abandonado permanentemente las redes sociales en busca de un estilo de vida más saludable.

El 41.4 por ciento de los encuestados declara que si no pudiera interactuar con su ‘smartphone’ durante una semana sentiría tranquilidad, un porcentaje ligeramente mayor que el de los que manifiestan que sentirían ansiedad y angustia al tener que desprenderse durante ese mismo lapso de su teléfono móvil, un 39.2 por ciento de los jóvenes.

Los jóvenes que adoptan el JOMO buscan desconectar y valoran la tranquilidad y actividades sencillas como ver series en casa o pasar tiempo a solas sin la presión de estar siempre en línea, señala Jorge Flores, fundador de pantallasamigas.net y experto en el uso seguro y saludable de la tecnología.

Los seguidores del JOMO llevan un ritmo de vida más equilibrado, en vez de obsesionarse por estar siempre en línea

“En un mundo hiperconectado, es crucial saber cuándo estar disponible y cómo desconectar. Disfrutar de una relación sana con la tecnología permite obtener las ventajas de la conexión digital y mantenerse informado, y contar con momentos de tranquilidad centrados en nuestro bienestar, en los que podamos redescubrir los placeres de las pequeñas cosas”, subraya.

El experto ofrece cinco recomendaciones que permiten conseguir una buena relación con las tecnologías digitales, y que pueden ser útiles tanto para reducir el temor del FOMO como para profundizar el bienestar que produce el JOMO.

1. Establece horarios y controla tu ‘tiempo de pantalla’

Hay que establecer horarios específicos para prescindir del uso del móvil y las redes sociales, evitándolos durante las comidas y antes de irse a dormir. Es bueno utilizar apps que a su vez permiten monitorizar cuáles son las aplicaciones más usadas el ‘smartphone’ y el tiempo que dedicamos a cada una de ellas.

2. Desactiva las notificaciones

Las notificaciones de redes sociales, e-mails o mensajes hacen que abandonemos nuestro estado de concentración mental y busquemos el estímulo que se produce al abrirlas, cuando se libera en nuestro organismo una sustancia cerebral denominada dopamina, que funciona como una ‘recompensa química’.

3. Comienza por una hora de desconexión digital

“Dedica, al menos, una hora al día a apartarte de los dispositivos electrónicos que le conectan a Internet. Descubrirás que es muy gratificante realizar otras actividades durante el tiempo que no pasa interactuando en las redes sociales y plataformas de contenidos, leyendo y respondiendo ‘whatsapps’ o jugando a un entretenimiento ‘online’, apunta Flores.

4. Prueba con otros dispositivos

Flores sugiere considerar la posibilidad de usar un teléfono sin internet o con prestaciones muy básicas (‘dumbphone’ o ‘teléfono tonto’), durante ciertas horas del día para “reducir las distracciones y enfocarse en el aquí y el ahora”, una opción que tiene cada vez más aceptación en países como España.

5. Crea zonas sin tecnología ni pantallas

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También aconseja establecer en el hogar áreas donde los dispositivos electrónicos no estén permitidos, como por ejemplo el dormitorio o la mesa del comedor, lo cual ayudará a reforzar la calidad de las conexiones con la familia y las personas con las que se conviva.

Para el especialista también es fundamental balancear el tiempo diario de conexión digital, con otros lapsos dedicados a ‘hobbies’, entretenimientos y actividades que no involucren pantallas, como leer, cocinar, jugar a un juego de mesa, practicar deporte, pintar o dibujar, reunirse con amigos y salir a caminar, entre otras.

El término FOMO (por las siglas en inglés de Fear of Missing Out o Miedo a perderse algo) se refiere a la ansiedad que genera el temor a quedar excluido de un evento social u otra experiencia gratificante que tienen otras personas en el ámbito ‘on line’, lo que la impulsa a estar continuamente conectada a internet para participar de manera activa en las redes sociales.

Y como respuesta al FOMO, ha surgido el llamado JOMO (Joy of Missing Out o Alegría a perderse algo), que involucra a aquellos que se deleitan desconectándose de la actividad en las redes sociales y prefieren atender sus propias necesidades vitales en el mundo real en vez de estar pendientes de las vidas ajenas en el mundo virtual.

Quienes experimentan el FOMO no pueden mantenerse alejados de la vida en línea), mientras que los seguidores del JOMO hacen todo lo posible para apartarse de la vida off line, señalan los especialistas.

Los segundos son “jóvenes que han abandonado permanentemente las redes sociales en busca de un estilo de vida más saludable, según el ‘Estudio Generación SPCial sobre hábitos de desconexión digital de los jóvenes”, de la firma SPC, en colaboración con la organización Pantallas Amigas (PA).

“En un mundo hiperconectado es crucial saber cuándo estar disponible y cómo desconectar”

– Jorge Flores. Fundador de Pantallas Amigas

Esta investigación se ha efectuado en España, donde los jóvenes pasan una media de 5 horas diarias conectados, pero sus resultados podrían extrapolarse en distintos grados a otros países y comunidades de habla hispana.

El estudio dice que el 12.7 por ciento de los jóvenes de entre 18 y 35 años ha abandonado permanentemente las redes sociales en busca de un estilo de vida más saludable.

El 41.4 por ciento de los encuestados declara que si no pudiera interactuar con su ‘smartphone’ durante una semana sentiría tranquilidad, un porcentaje ligeramente mayor que el de los que manifiestan que sentirían ansiedad y angustia al tener que desprenderse durante ese mismo lapso de su teléfono móvil, un 39.2 por ciento de los jóvenes.

Los jóvenes que adoptan el JOMO buscan desconectar y valoran la tranquilidad y actividades sencillas como ver series en casa o pasar tiempo a solas sin la presión de estar siempre en línea, señala Jorge Flores, fundador de pantallasamigas.net y experto en el uso seguro y saludable de la tecnología.

Los seguidores del JOMO llevan un ritmo de vida más equilibrado, en vez de obsesionarse por estar siempre en línea

“En un mundo hiperconectado, es crucial saber cuándo estar disponible y cómo desconectar. Disfrutar de una relación sana con la tecnología permite obtener las ventajas de la conexión digital y mantenerse informado, y contar con momentos de tranquilidad centrados en nuestro bienestar, en los que podamos redescubrir los placeres de las pequeñas cosas”, subraya.

El experto ofrece cinco recomendaciones que permiten conseguir una buena relación con las tecnologías digitales, y que pueden ser útiles tanto para reducir el temor del FOMO como para profundizar el bienestar que produce el JOMO.

1. Establece horarios y controla tu ‘tiempo de pantalla’

Hay que establecer horarios específicos para prescindir del uso del móvil y las redes sociales, evitándolos durante las comidas y antes de irse a dormir. Es bueno utilizar apps que a su vez permiten monitorizar cuáles son las aplicaciones más usadas el ‘smartphone’ y el tiempo que dedicamos a cada una de ellas.

2. Desactiva las notificaciones

Las notificaciones de redes sociales, e-mails o mensajes hacen que abandonemos nuestro estado de concentración mental y busquemos el estímulo que se produce al abrirlas, cuando se libera en nuestro organismo una sustancia cerebral denominada dopamina, que funciona como una ‘recompensa química’.

3. Comienza por una hora de desconexión digital

“Dedica, al menos, una hora al día a apartarte de los dispositivos electrónicos que le conectan a Internet. Descubrirás que es muy gratificante realizar otras actividades durante el tiempo que no pasa interactuando en las redes sociales y plataformas de contenidos, leyendo y respondiendo ‘whatsapps’ o jugando a un entretenimiento ‘online’, apunta Flores.

4. Prueba con otros dispositivos

Flores sugiere considerar la posibilidad de usar un teléfono sin internet o con prestaciones muy básicas (‘dumbphone’ o ‘teléfono tonto’), durante ciertas horas del día para “reducir las distracciones y enfocarse en el aquí y el ahora”, una opción que tiene cada vez más aceptación en países como España.

5. Crea zonas sin tecnología ni pantallas

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También aconseja establecer en el hogar áreas donde los dispositivos electrónicos no estén permitidos, como por ejemplo el dormitorio o la mesa del comedor, lo cual ayudará a reforzar la calidad de las conexiones con la familia y las personas con las que se conviva.

Para el especialista también es fundamental balancear el tiempo diario de conexión digital, con otros lapsos dedicados a ‘hobbies’, entretenimientos y actividades que no involucren pantallas, como leer, cocinar, jugar a un juego de mesa, practicar deporte, pintar o dibujar, reunirse con amigos y salir a caminar, entre otras.

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